Micalet y María tuvieron una semana de vacaciones escolares. Durante toda la semana Micalet estuvo con el ordenador, con el móvil, con la tablet. Imagino que estaba investigando algo y hablando “tecnológicamente” con María.

De vez en cuando venía y me preguntaba si a mí me gustaría tomar el café de distintas formas. – Le dije que sí, que el café en manos de un buen barista puede elaborarse de distintas formas y cada una tiene su momento. ¿Por qué me lo preguntas? – le dije.

– María y yo hemos pensado que igual que en un restaurante hay una carta de platos, en una cafetería habría que tener una carta café. Y estamos elaborando una para presentársela a Josep.

– Cuando llegó el sábado, acudimos a la cafetería. María ya nos estaba esperando, bueno estaba esperando a Micalet. Salió a saludarnos con su sonrisa en los ojos y tras un brevísimo recibimiento, se llevó de la mano a Micalet. Me quedé sorprendido, miré a Josep para saludarle y también estaba boquiabierto. Nos sonreímos y encogimos los hombros.

– Al momento vino María y me trajo mi café espresso perfecto. Lo ha hecho Micalet, pero está haciendo otro tipo de café y me ha pedido que te lo traiga yo. Le sonreí y al verla de cerca, me volvía enamorar de María. Pienso que ella se dio cuenta de mi momento de “embobamiento” y se fue satisfecha de dominar la situación. O eso pienso yo.

En un momento dado, Micalet me llamó para que me acercara a la mesa en la que estaba sentada María delante de un ordenador y con su padre al lado. Al llegar María empezó a hablar.

– Micalet y yo hemos estado pensado que igual que tenemos que hacer publicidad de la cafetería, también debemos hacer publicidad de nuestros productos a nuestros clientes. Haríamos 3 cosas – mostrándonos sus gráficas en el ordenador:

  • Cartas impresas con los tipos de café que se pueden pedir, cada uno con los ingredientes que lleva. Una carta café.
  • Una pizarra con los importes detallados de lo que cuesta cada receta de café. Aquí la podéis ver.
  • Una tele en la que aparecerían video-recetas. Haríamos vídeos de poca duración 2-3 minutos, en los que aparecería papá haciendo cada una de las recetas de la carta.

Con esto, estimularíamos a que la gente pudiera degustar cafés elaborados de distintas maneras. ¿Qué os parece?

Carta café:

– Josep frotándose el mentón y tras reflexionar un momento – Está muy bien, me parece una gran idea, pero os faltan dos cosas muy importantes.

María y Micalet pusieron cara de estar en un examen y no saber la respuesta de una pregunta. Todas las recetas que habéis anotado las hacemos en la cafetería, pero si os dais cuenta todas están hechas teniendo como base un café espresso. Y como sabéis, ahora estamos empezando a hacer cafés infusionados con distintos tipos de cafeterasAeropress, Chemex, French-Press, Syphon, Melita, moka italiana de toda la vida… Y eso no aparece en vuestra carta de cafés y están gustando a la gente.

Y otra cosa, el cliente tiene que tener información sobre el café que se le ofrece, igual que en un restaurante hay una carta de vinos con información del mismo, en la carta escrita o en la pizarra,  deberá aparecer la información del café o cafés que utilizamos; una ficha técnica del café. Déjame un boli y os hago una comparativa con el vino y las características que tendrían que aparecer en la información de cada café que utilizamos:

Hay que elaborar una ficha técnica para cada café arábica e incluso una nota de cata. Igual que se hace una ficha técnica a un vino criado en bodega y no a un vino de mesa, a un café robusta tampoco se le hace una ficha técnica. Pero si se debe hacer una ficha técnica a un Blend bien balanceado y equilibrado de arábica y robusta.

Nosotros tenemos en este momento, un café arábica Monssoned Malabar de calidad Premium de la última cosecha de la Finca Pearl y tostado hace 1 semana. Nota de cata: “Café con un cuerpo excepcional y con muy poca acidez. Aromas ligeramente dulces, herbáceos y especiados completan maravillosamente el sabor a fruta.”

En València una taza de café tiene el mismo precio en casi todas las cafeterías, entre 1€ y 1,20€ y da igual que te sirvan un café robusta que un arábica. Es como si en un restaurante cobraran lo mismo por una copa de vino de mesa que por una copa de Gran Reserva de una gran añada.

Por eso es importante explicar a los clientes las características del café que van a consumir.

Así en la pizarra se variaría el precio del café en función de la calidad del mismo.

Con vuestra tabla de costes valoráis el trabajo del barista, pero con la ficha del café se informa de la calidad del café y con ello se valora el trabajo de los productores, los maestros catadores y los maestros tostadores.

Mientras María y Micalet se quedaban boquiabiertos y pensativos, Josep les dijo: Me vuelvo a la barra que tengo clientes. Me gusta vuestra propuesta, pero tenéis que acabar de completarla con lo que os he dicho.

Yo les miré y solo dije – the boss is the boss – y me fui también, a continuar leyendo el segundo libro de Patrick Rothfuss “El temor de un hombre sabio”.

Se quedaron de nuevo enzarzados en una conversación animada. Supongo que estarían ya manos a la obra.

¿Te habías dado cuenta que el precio de un café espresso es más o menos el mismo en la mayoría de las cafeterías, independientemente de la calidad que tenga? ¿Te gusta la idea de María Y Micalet? ¿En tu cafetería tienen cafés infusionados?

El conocimiento sin pasión por explicarlo, por compartirlo, es una  moda vacía. El conocimiento sin humildad, produce rechazo.

Continuará…