Sueca Expres Café, una empresa ilusionante
Micalet se pasó varias semanas escribiéndose por whatsapp con María. De vez en cuando se llamaban por teléfono y se veían todos los sábados en la cafetería.
A veces, tras “mensajearse”, tomaba un montón de notas en su tablet. Otras, y sobre todo cuando hablaba, se ponía colorado y tras colgar se quedaba ensimismado, en otro mundo. De hecho, su hermana, le decía que estaba “empanao”.
La verdad es que yo estaba intrigadísimo con tanto trajín, la curiosidad me consumía.
Al final contagié a Blanca y a Laura, mi mujer. Todos estábamos deseosos de saber que pasaba. Laura pensaba que lo que Micalet se traía entre manos era algo sobre el café. Blanca decía que no, que Micalet se había enamorado y estaba en ello. Y yo, no sabía que pensar.
Así que utilizamos una de las estrategias más habituales de los padres, enviamos a Blanca en plan hermana mayor, para que se enterara y nos lo contara a todos.
Tras dos días de investigación, Blanca nos reunió y nos informó de todo lo que había averiguado.
Micalet no había tenido un simple enamoramiento de María, no. Se había enamorado hasta las cejas. –Blanca, es tan bonita, si la conocieras… Es como si estuviéramos conectados, sentimos y pensamos lo mismo. Es maravillosa, como habla, como se ríe… y además le gusta el café.
-Vale Micalet, está claro que María no sólo te gusta sino que te has enamorado, ¿pero y ella?
– Sí, estoy enamorado, es la primera vez que me enamoro (poniendo cara de bobo). Me ha dicho que al principio le parecía un chico atractivo, pero soso. Y que cuando nos sentamos y empezamos a hablar de nuestras ilusiones, de nuestras ideas, de lo que hacemos cada día, se dio cuenta que era muy interesante. Ahora dice que no soy tan soso y que soy muy divertido y la hago reír. Compartimos muchas cosas, le gasto bromas y le cuento anécdotas. Me dice que le encanta estar conmigo y cada semana espera el sábado para poder vernos.
Interrumpí a Blanca – Está claro, es la historia de todos los tiempos, Romeo y Julieta. A él, ella le ha entrado por la vista y a ella, él le ha entrado por el oído. Y a partir de ahí, todo es bonito. O sea, que tendremos a Micalet atontado para una temporada. Y nos reímos los tres.
– Pero no acaba ahí la cosa, me ha contado que están inventándose una campaña de publicidad para la cafetería y para que la gente conozca el café. Dice que María ha tenido una idea genial y que están trabajando en ella. Pero que ya nos la contará.
El sábado siguiente, fuimos como cada sábado a la cafetería. Allí estaba Maria, me saludó rápidamente y cogió de la mano a Micalet y se lo llevó. Se fueron hablando, riendo, y como decía Blanca “empanaos” los dos.
Al rato, vinieron María y Micalet a traerme mi café espresso perfecto y cuando les vi, solo se me ocurrió aplaudirles. Realmente eran una pareja de adolescentes de cuento.
Me preguntaron, -¿Qué te parece?
Venían con dos camisetas rotuladas con la marca del café y de la cafetería.
– Me gustan mucho y la verdad es que son sencillas pero tienen mucho estilo.
– Lo estuvimos pensando entre los dos y María se ha encargado de comprarlas y rotularlas, así que me tendrás que dar dinero para pagar mi parte. Vamos a hacer varias, para regalar a los amigos y hacer publicidad. Queremos hablar con el dueño de la marca del café para que nos las subvencione. Estamos seguros que a Sueca Expres Café le encantará la idea.
En otras ocasiones le hubiera hecho hablar un poco, antes de darle el dinero que me pedía, pero con María delante no pude hacer otra cosa que dárselo. Micalet estaba aprendiendo rápido.
– Tenemos muchas ideas. Queremos que la gente sepa lo que cuesta hacer un buen café:
- Tener una agua de calidad
- Tener un grano excelente, escogido por un catador experto.
- El trabajo de un tostador estudioso del café
- Una buena empresa de distribución que tenga un buen surtido de cafés y un buen servicio técnico.
- Una maquinaria adecuada y, sobre todo, limpia.
- Un barista enamorado del café y conocedor de sus clientes.
- Unos clientes que les guste disfrutar del café y obtengan el placer de lo saludable.
María cogió el relevo. – Yo he hablado con mi padre de la publicidad de la cafetería. Y dice que aparte de la publicidad visual, una de las mejores publicidades de la cafetería es dar al cliente un café excelente cada día y hecho de varias maneras: espresso, filtro, aeropress… dar un café para cada momento del día.
Pero que para lo que nosotros queremos de dar a conocer, el mundo del café, lo ideal sería organizar una especie de “COFFEE FEST” anual, al estilo de la “OCTOBER FEST” de la cerveza en Múnich.
En esta fiesta tendría que estar todo el mundo que trabaja el café, todo lo que combina con el café, todo lo que huele a café, todo lo que puedes encontrar en una tienda de café… tendría que haber talleres de formación, de cata, de tostador, de barista, de degustación…
Tendrían que acudir las empresas del café con sus mejores productos, los distribuidores, los mejores profesionales, dueños y trabajadores de cafeterías, prensa especializada, clientes…
Todo ello con la finalidad de dar a conocer el mundo del café, los mejores cafés (cafés de especialidad) y el saber de los mejores profesionales, para mejorar, perfeccionar y subir el nivel del negocio del café. Ver como evoluciona, las nuevas tendencias… Habría que organizar un gran espectáculo atractivo para todos.
Ahora solo hay ferias del café que se dedican a mostrar la maquinaria del café, sus novedades y poca cosa más.
Me quedé anonadado.
- O sea que hay que cambiar las tradicionales ferias de maquinaria de café por una “COFFEE FEST”
- Si, respondieron los dos al unísono.
- Pues lo tenéis un poco complicado
- Si, dijo María, pero tenemos tiempo y lo conseguiremos, junto con Sueca Expres Café, el café de Sueca.
Y se marcharon los dos con una ilusión desbordante, que me producía una sensación de orgullo, pero también de sana envidia…aunque yo no sé si la envidia puede ser sana.
Volví a mi lectura de “El Nombre Del Viento” de Patrick Rothfuss.
¿Cuál es la mejor película que has visto? ¿Y la peor? ¿Cómo prefieres tomar el café, sólo o acompañado?
El conocimiento sin pasión por explicarlo, por compartirlo, es una moda vacía. El conocimiento sin humildad, produce rechazo.
Continuará…