¡Café filtro! Gritaba Micalet entrando en la cocina donde yo estaba, preparándome una infusión de rooibos.

– ¿Qué pasa?

– Maria me ha escrito un whatsapp y me dice que este sábado, Josep nos va a hablar del café filtro.

– Me alegro, pues aunque no te lo creas, en las casas únicamente teníamos cafeteras para hacer café filtro. Hasta hace unos pocos años no hemos tenido cafeteras para hacer un café espresso y solo podíamos tomarlo en los bares y en las cafeterías.

– ¿Que estás tomando papá?

– Una infusión de rooibos (quiere decir arbusto rojo), que es una planta sudafricana, distinta de la familia del té y por ello, no tiene teína, ni otros excitantes.

Se consume desde hace 300 años por sus propiedades medicinales: es antioxidante, antialérgico, alivia los trastornos digestivos, mejora las enfermedades de la piel, tiene muchos minerales y es relajante de los nervios.

Micalet con la boca abierta finalmente dijo: Y tú ¿por qué lo tomas?

– Jajaja, yo creo que lo tomo un poco por todo, pero sobre todo, porque me encanta el sabor que tiene.

– O sea, que las infusiones también son otro mundo.

– Así es Micalet, pero mejor que otro día te lo explique un profesional como Josep.

Micalet se fue intrigado, pues cada día descubría que había muchas cosas que desconocía y que le gustaba aprender.

Bufff! Al final pude tomarme mi rooibos. Y es que no hay nada como un adolescente preguntón para no dejarte tu momento de tranquilidad. Me reí yo solo, pensando que de nuevo le había pasado la papeleta a Josep.

Tendría que hacerle otro regalo a Josep, para compensarle de su labor de maestro.

El sábado llegamos a la cafetería y María ya estaba esperando a Micalet, le dio un abrazo nada más verlo, mientras le decía: ¡que ganas tenía de verte! Este se puso tan rojo como la camiseta que llevaba y apenas oí lo que balbuceó. Después, María me dio dos besos y se llevó a Micalet cogido de la mano.

Esta chica no para de sorprenderme con su naturalidad. En mi adolescencia, estas cosas no pasaban; te tenías que lanzar tú si querías algo de una chica, pero bueno, los tiempos cambian y siempre son para mejor.

Fui a saludar a Josep y me comentó:

– ¿Micalet puede quedarse a comer con nosotros? Después de comer quiero explicarles un poco el tema del café filtro. María me ha pedido que te lo pida y como podrás ver, es difícil negarse a esta hija.

– Avisaré a su madre y pienso que no habrá ningún problema, luego por la tarde que me llame por teléfono y pasaré a recogerlo. Tienes razón en lo de María, es difícil negarle algo, pues con su carácter tan alegre, seduce a todos: hombres, mujeres, niños, abuelos… y a Micalet lo tiene “abducido”…jajajaja

MASTERCLASS DE JOSEP

Al inicio, el café se preparaba como una infusión (como es ahora el café turco). Se ponía agua a hervir y se añadía el café tostado y molido hasta que se consideraba que ya estaba infusionado. Con el paso del tiempo, se perfeccionó la técnica usando artilugios que incorporaban un filtro para que resultara una infusión libre de los posos del café.

Aparecieron distintos modelos de cafeteras que permitían hacer un café filtrado y de alta calidad. O sea que el café es una infusión, filtrada o no. Hace menos de  100 años que se inventó la primera cafetera exprés y se realizó el primer café espresso, con lo que se obtuvo una infusión a presión.

Así pues tenemos dos maneras de preparar el café: una infusión simple (con o sin filtro) o una infusión a presión (café espresso).

Tradicionalmente en las cafeterías se servía los cafés filtro, pero tras la aparición de las cafeteras exprés, este fue sustituido por los cafés espresso. Las dos maneras de preparar el café son válidas, ninguna es mejor que la otra. Con cada una se obtienen unos sabores y aromas distintos del café y a partir de ahí ya depende del gusto del cliente.

Pienso que es hora de incorporar de nuevo el café infusionado con filtro a la oferta de nuestra cafetería, por varias razones:

  • algunos clientes perciben el sabor del espresso, demasiado intenso.
  • algunos clientes quieren bebidas más largas de agua porque quieren disfrutar de su café durante más tiempo.
  • son una buena opción de tomar café (cafeína) si no toleras la leche.
  • se aprecian sabores y aromas del café diferentes a los del espresso.
  • es original y casi ninguna cafetería lo hace

¿Cómo se hace un café filtro?

  • Usar la siguiente proporción: café recién molido (un poco más grueso que para el café espreso), 1 g de café por cada 16-18 ml agua o lo que es lo mismo 60 g café/ 1 l agua poco mineralizada (podemos usar el agua depurada de las infusiones de la cafetera  espresso)
  • La temperatura del agua entre 92º a 94 º C. Es la temperatura a la que sale el agua de las infusiones de la cafetera espresso.
  • La infusión se realiza durante 3 minutos.
  • Se pueden usar varios tipos de cafeteras de filtro: V60, Clever, cafetera de émbolo, cafetera Syphon, Kalita, Chemex, French-Press, Aeropress

Mirando a los chicos, les dijo: Ya tenéis trabajo, aprender a hacer cafés filtro. Yo empezaría con la cafetera Chemex y con el aeropress.

Además, tendréis que ampliar la carta de cafés con los cafés filtro.

– Gracias papá, pero esta tarde nos vamos al cine con la pandilla, Micalet avisará a su padre.

Josep se quedó un poco “fundido” pues esperaba un halago o agradecimiento por parte de María y Micalet. María que se dio cuenta enseguida, inmediatamente abrazó a su padre y le dijo, eres el mejor papá del mundo. Josep sonriendo, sabía que había vuelto a perder…

Cuando lo recogí, me contó que habían ido a ver una película de hace años, que habían repuesto en el cine en recuerdo de Robin Williams (recientemente fallecido), “El club de los poetas muertos”. Venía emocionado por la película, por la pandilla, por María…la adolescencia…

¿Te gustaría que en tu cafetería te ofrecieran cafés filtro? ¿A que cafetería, volverías a tomar un café?

El conocimiento sin pasión por explicarlo, por compartirlo, es una moda vacía. El conocimiento sin humildad, produce rechazo.