Desde siempre el café ha sido una de las bebidas más consumidas en el mundo, pero solo desde hace unos años al café se le ha dado la importancia que realmente tiene. Los amantes de esta bebida conocen perfectamente cada una de sus variedades y aprecian sus aromas, su sabor, su cuerpo… Beber café se ha convertido, como el buen vino, en todo un ritual y un auténtico placer para los sentidos.

Por ello, desde hace ya un tiempo, las catas de café se han convertido en una actividad de lo más instructiva y placentera, tanto para los no iniciados como para los conocedores y verdaderos amantes del café.

En Sueca Expres sabemos de la importancia de distinguir entre las diferentes variedades de café, ya que disponemos desde los más intensos hasta los más suaves, aromáticos exóticos y con todo tipo de matices… Todas estas variedades son las que están presentes en las famosas catas de café. Pero, ¿en qué consisten realmente? Se trata de unos actos que normalmente se organizan para un grupo de personas en los que los asistentes aprenden, a través de un maestro cafetero, a distinguir las propiedades y los diferentes matices y calidades de esta bebida tan universal.

En estas catas todos nuestros sentidos deben estar alerta, principalmente el gusto y el olfato. Como en las catas de vino, el aroma es lo primero que nos llega del café y es éste el que nos da mucha información sobre qué tipo de producto vamos a consumir: si es suave o intenso y sobre todo nos traslada olores dulces, florales y siempre agradables…

Pero además del aroma, en una cata también se aprecian otro tipo de factores como el cuerpo, algo que nos sirve para identificar si el café es denso o ligero o si tiene mucha o poca crema.

También el gusto – o retrogusto (en lenguaje de catas) – que es el sabor que nos deja en el paladar el café una vez que lo hemos consumido. De esta manera, podemos identificar cafés más intensos y con sabor fuertes y persistentes y otros más suaves y ligeros que nos nos dejan tanto sabor y que se ‘olvidan’ fácilmente.

El color es otro elemento que se suele tener en cuenta en estas catas ya que va desde el marrón hasta los cafés casi negros, algo que nos indica su intensidad y el grado de tostado de los granos.

No existe el café perfecto, ya que cada consumidor de esta bebida tiene sus preferencias y valora unas cualidades más que otras. Por eso, las catas, más que para encontrar la bebida ideal, son para darnos información y aprender a valorar el café en todas sus variedades.

En ocasiones estas catas se realizan a ciegas, para evitar ver la marca y así llegar ‘virgen’ a todos sus matices, aromas y características y sin ningún tipo de prejuicios. Eso sí, estas catas se suelen preparar con mucho mimo y cuidado. Los cafés se sirven en los recipientes adecuados y (como en las catas de vino) se toman pequeños sorbos, que son paladeados y a continuación son “escupidos” para no realizar un consumo excesivo de cafeína. Además después de acabar de probar un café, se realiza un enjuague con agua, para limpiar la boca, antes de probar el siguiente.

Desde Sueca Expres os recomendamos que, si os gusta el café, asistáis a una de estas catas. Será una experiencia única y de lo más enriquecedora.